ENSAYO: El control interno como componente del control en el proceso administrativo, en el marco integrado de control interno y en la administración pública
El control interno es un elemento fundamental dentro del proceso administrativo, ya que su correcta implementación y funcionamiento garantiza la eficiencia, eficacia y transparencia de las acciones que las organizaciones llevan a cabo. En la administración pública, su relevancia adquiere una mayor dimensión, ya que es esencial para asegurar el cumplimiento de los objetivos gubernamentales en el marco del estado de derecho. El presente ensayo aborda el concepto de control interno desde una perspectiva técnica, enfocándose en su integración dentro del proceso administrativo, el marco integrado de control interno y su importancia para la gestión pública.
EL CONTROL INTERNO EN EL PROCESO ADMINISTRATIVO
El proceso administrativo puede entenderse como un conjunto de funciones y actividades desarrolladas para alcanzar los fines de una organización. Tradicionalmente, este proceso se divide en cinco fases: planificación, organización, dirección, ejecución y control. Dentro de estas etapas, el control interno juega un papel transversal, ya que su propósito es garantizar que los recursos, tanto materiales como humanos y financieros, se utilicen de manera correcta y conforme a los objetivos trazados.
El control, como una fase del proceso administrativo, es el mecanismo a través del cual los gestores verifican si los planes y procedimientos establecidos están siendo ejecutados de manera adecuada, y si se están alcanzando los resultados esperados. El control interno, dentro de este contexto, no solo supervisa la ejecución de actividades, sino que también proporciona un sistema de salvaguardas para prevenir irregularidades, fraudes o ineficiencias, al tiempo que asegura que las operaciones sean coherentes con los principios de legalidad, probidad y responsabilidad.
Por lo tanto, en términos generales, el control interno dentro del proceso administrativo actúa como una herramienta preventiva y correctiva. Previene que se cometan errores o irregularidades mediante la implementación de mecanismos de supervisión y seguimiento; y en caso de detectar desviaciones o problemas, facilita la corrección oportuna de los mismos. Esto no solo protege los recursos de la organización, sino que también garantiza que los procesos operen dentro de un marco normativo y ético apropiado.
EL MARCO INTEGRADO DE CONTROL INTERNO
Para comprender mejor la función del control interno dentro de las organizaciones, es necesario hacer referencia al “Marco Integrado de Control Interno”, desarrollado por el Committee of Sponsoring Organizations of the Treadway Commission (COSO). Este modelo ha sido adoptado en diversos países como un estándar para la implementación y evaluación de sistemas de control interno tanto en el ámbito privado como en el público.
El modelo COSO se estructura en torno a cinco componentes fundamentales que interactúan entre sí para crear un entorno de control eficiente y robusto: el ambiente de control, la evaluación de riesgos, las actividades de control, la información y comunicación, y la supervisión. Estos componentes son interdependientes y forman parte de un sistema dinámico y adaptable, cuya finalidad última es permitir que las organizaciones cumplan con sus objetivos de manera ordenada y eficiente.
1. Ambiente de control: Es la base del sistema de control interno, y está determinado por la actitud, la conciencia y las acciones de la alta dirección en relación con el control interno. Un ambiente de control sólido fomenta una cultura de responsabilidad, ética y cumplimiento normativo.
2. Evaluación de riesgos: Este componente se enfoca en la identificación y análisis de los riesgos que puedan afectar el logro de los objetivos organzacionales. La evaluación de riesgos permite a las organizaciones priorizar los recursos y desarrollar estrategias de mitigación adecuadas.
3. Actividades de control: Son las políticas y procedimientos establecidos para asegurar que las directrices se implementen correctamente. Estas actividades incluyen mecanismos como la segregación de funciones, controles físicos, revisiones periódicas y autorizaciones formales.
4. Información y comunicación: Un sistema efectivo de control interno requiere de una adecuada circulación de información, tanto interna como externa. La comunicación debe ser clara y oportuna, para que todos los miembros de la organización comprendan sus responsabilidades y el impacto de sus acciones en el logro de los objetivos.
5. Supervisión: Finalmente, la supervisión se refiere a la evaluación continua del sistema de control interno para garantizar que esté funcionando de manera efectiva. Esta supervisión puede realizarse mediante auditorías internas o revisiones externas.
La adopción del marco COSO en el sector público ha sido promovida en muchos países como un medio para mejorar la rendición de cuentas y fortalecer la integridad en la gestión pública. La implementación de este sistema contribuye a la creación de una cultura organizacional más robusta, basada en la transparencia, la responsabilidad y el cumplimiento de las normativas aplicables.
EL CONTROL INTERNO EN LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA
En el ámbito de la administración pública, el control interno adquiere una relevancia singular, dado que las instituciones gubernamentales administran recursos públicos y deben cumplir con fines de interés general. En este sentido, el control interno no solo busca garantizar la eficiencia operativa, sino también la legalidad y la legitimidad de las acciones de los servidores públicos.
El control interno en la administración pública tiene un doble propósito: por un lado, sirve como un mecanismo de control preventivo y correctivo que asegura que las operaciones gubernamentales se realicen conforme a las leyes y reglamentos; por otro, es un instrumento que permite a las instituciones públicas rendir cuentas a los ciudadanos sobre el uso de los recursos y la consecución de los objetivos establecidos.
Uno de los aspectos más importantes del control interno en la administración pública es su capacidad para prevenir la corrupción y las prácticas indebidas. Mediante un adecuado sistema de control interno, es posible detectar y mitigar riesgos relacionados con el fraude, el conflicto de interés o el uso ineficiente de los recursos. En este sentido, el control interno se convierte en un aliado clave de la fiscalización y la auditoría, al proporcionar información fiable y oportuna sobre la situación financiera y operativa de las instituciones públicas.
Además, el control interno contribuye a la mejora continua de los procesos administrativos. A través de la supervisión constante y la evaluación periódica de las actividades, las entidades públicas pueden identificar áreas de mejora y optimizar la la ejecución de sus programas y políticas. Esto no solo se traduce en una mayor eficiencia en el uso de los recursos, sino también en una mejor calidad de los servicios públicos.
En México, como marco normativo del control interno tenemos el Acuerdo por el que se emiten las Disposiciones y el Manual Administrativo de Aplicación General en Materia de Control Interno, publicado en el Diario Oficial de la Federación el 11 de noviembre de 2016, teniendo su ultima reforma el 5 de septiembre de 2018, en dicho acuerdo se encuentra estructurada la forma en que se implementará el sistema de control institucional.
CONCLUYENDO
El control interno, como componente integral del proceso administrativo, es fundamental tanto en el sector privado como en el público. En la administración pública, su importancia se magnifica debido a la necesidad de asegurar que los recursos públicos se administren de manera eficiente, ética y conforme a los principios de legalidad y transparencia. El marco integrado de control interno, como el modelo COSO, proporciona un enfoque estructurado y sistemático para implementar un sistema de control robusto y adaptado a las necesidades específicas de cada entidad pública.
En definitiva, un sistema de control interno efectivo es clave para garantizar no solo el logro de los objetivos organizacionales, sino también la rendición de cuentas y la confianza de los ciudadanos en las instituciones gubernamentales. De esta manera, el control interno no solo es un mecanismo de control administrativo, sino una herramienta esencial para el fortalecimiento de la gobernabilidad y la legitimidad en la gestión pública.
Ensayo realizado por: Lic. Sonia Benítez Soria